Nacimiento de estrellas también es posible en campos magnéticos caóticos Tiempo de lectura: 3 minutes ¿Has visto cómo un imán crea formas en un montículo de polvo de hierro? Todo material conductor de electricidad (como el hierro) responde a fuerzas magnéticas. En el Universo, los campos magnéticos son muy importantes, pues tienen una gran influencia sobre el movimiento de las partículas de gas. Por consiguiente, también influyen en la formación de las estrellas. Al fin y al cabo, las estrellas se forman en nubes de gas y polvo que se contraen. Y muchas veces estas nubes contienen campos magnéticos. En el pasado, los astrónomos creían que el proceso de formación de estrellas se veía favorecido por campos magnéticos fuertes y estables. Pensaban que estos campos magnéticos canalizarían el gas hacia zonas de mayor densidad –lo suficientemente densas como para permitir que se formara una estrella– y que, en cambio, los campos magnéticos caóticos inhibían el nacimiento de estrellas nuevas. No obstante, ALMA reveló recientemente que las estrellas también se forman en lugares con campos magnéticos débiles y caóticos. ALMA estudia los campos magnéticos midiendo la llamada polarización de la radiación milimétrica emitida por las partículas de polvo. Generalmente, estas partículas son alargadas y alineadas por las fuerzas magnéticas, al igual que las partículas del polvo de hierro. Esta alineación es lo que ALMA logra observar en la radiación milimétrica, puesto que las ondas milimétricas oscilan más en una dirección que en otras, un fenómeno conocido como polarización. Los astrónomos estudiaron la polarización de la radiación milimétrica emitida por el polvo que rodea una estrella muy joven. Las observaciones de la polarización revelaron que el campo magnético cerca de la estrella es débil y caótico. Esto demuestra que, aparentemente, los campos magnéticos caóticos –y el consiguiente comportamiento turbulento del polvo y el gas– no impiden la formación de nuevas estrellas. De esa forma, los nuevos resultados obtenidos por ALMA son una prueba de que las estrellas pueden formarse en distintas circunstancias. Con nuevas observaciones se podrá determinar cuáles son más comunes: los campos magnéticos fuertes y estables o los más débiles y caóticos. ¿Qué se observó? Se usó ALMA para estudiar una joven protoestrella, es decir, una estrella en proceso de formación. La estrella, conocida como Ser-emb 8, se encuentra en una incubadora de estrellas en la constelación de Serpens (la Serpiente), ubicada a 1.400 años luz de nosotros. Al estudiar la polarización de la radiación milimétrica de las partículas de polvo presentes alrededor de la protoestrella, los astrónomos pudieron determinar la intensidad y la orientación de los campos magnéticos. ¿Quiénes observaron? La protoestrella fue observada por un grupo internacional de astrónomos de Estados Unidos, España, Chile, Alemania y Taiwán. La investigación fue dirigida por Charles Hull, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, de Cambridge (Massachusetts, EE. UU.). Los resultados del estudio se publicaron en la revista The Astrophysical Journal Letters. ALMA URL