¿Hay mucho que ver?
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ALMA se encuentra en el desierto de Atacama. Al pensar en un desierto, es posible que te imagines una extensa franja de arena caliente sin mucho interés, con alguna que otra palmera. Pero el desierto de Atacama es muy diferente.
De hecho, tiene un paisaje extremadamente variado y hermoso. El área donde se encuentra San Pedro de Atacama está particularmente llena de sorpresas.
San Pedro es un lindo oasis con calles de tierra y casas de adobe. Allí vivieron los primeros indios atacameños hace miles de años. Ahora, San Pedro sirve de punto de partida para explorar el desierto. ¡Y hay mucho que explorar!
Cerca de San Pedro está el Valle de la Luna, con sus gigantes dunas y extrañas formaciones rocosas. Es muy fácil imaginarte que estás en la Luna. Al sur de San Pedro hay un salar gigante, el Salar de Atacama. En las montañas que se ven después del salar hay lagos hermosos rodeados de volcanes. Y a unos 90 kilómetros al norte de San Pedro, a 4.200 metros de altitud, los potentes géiseres de El Tatio lanzan chorros de vapor caliente al aire frío.
El llano de Chajnantor, donde está ALMA, se encuentra en los Andes, la cadena montañosa más grande del mundo. Muchas de sus cumbres se alzan por más de 5.000 metros y algunas alcanzan los 6.000 metros. Y prácticamente cada gran punta es un volcán, algunos de ellos todavía activos.
Cerca de San Pedro hay un volcán hermoso llamado Licancabur. Más al sur está el volcán activo Láscar, que entró en erupción en 1993 y 2012. Y el llano de Chajnantor está rodeado por cinco imponentes volcanes con exóticos nombres: Cerro Toco, Cerro Chascón, Cerro Negro, Cerro Chajnantor y Cerro Chico.
Aunque el desierto de Atacama es muy seco, tiene una gran variedad de fauna y flora. Cerca del campamento de ALMA (el Centro de Apoyo a las Operaciones u OSF, por su sigla en inglés), hay cactus gigantes llamados Cardón Grande ¡que pueden llegar a medir más de 7 metros de alto! Y cada cierta cantidad de años el desierto se cubre de flores coloridas durante un par de semanas. Es un acontecimiento increíble.
En las lagunas saladas viven flamencos y en las faldas de las montañas hay llamas, que por lo general pertenecen a los agricultores locales. En las partes más altas, se pueden ver las elegantes vicuñas, que recuerdan a venados, y con suerte algún ñandú, pariente de la avestruz. Y si tienes más suerte todavía, podrías lograr acercarte a una vizcacha, una especie de conejo de cola larga.
En conclusión, sí hay mucho que ver en las cercanías de ALMA. El norte de Chile es una de las partes más bonitas de nuestro planeta. Si tienes la oportunidad de ir, no lo dudes ni un segundo. A menos, claro, que te gusten solo los bosques o las playas, de los que no estarás ni cerca.
