¿Cómo funciona ALMA? ¿Cómo ALMA observa luz “invisible”? Tiempo de lectura: 3 minutes Mira a tu alrededor. Puedes ver el texto que estás leyendo, la habitación donde te encuentras y, a través de la ventana, quizá veas la calle donde vives y el Sol en el cielo. O, si ya es de noche, quizá veas la luna y las estrellas. ¿Pero cómo funciona todo esto? Lo que ves en realidad es luz visible. El Sol y las estrellas emiten luz propia, es decir, brillan por sí solos. La luna, en cambio, no emite luz, sino que refleja la luz del Sol, como si fuera un espejo. Y todas las cosas que te rodean —las mesas, sillas, automóviles, casas— también reflejan la luz del Sol. Si fuera de noche y no hubiera iluminación pública, ¡no las verías! Por lo tanto, ves el mundo que te rodea captando la luz visible con tus ojos. La luz entra a tu ojo a través de la pupila, esa abertura redonda y oscura que se encuentra al medio de tu glóbulo ocular. Mientras más grande esté tu pupila, más luz entra. Es por eso que tus pupilas se ensanchan cuando está oscuro, ¡para qué tus ojos capten más luz! Al fondo de tu glóbulo ocular está tu retina, que detecta la luz que ingresa a tu ojo. Dos pequeñas células de tu retina, llamadas bastones y conos, producen una pequeña señal al recibir luz y las transfieren a tu cerebro. Tu cerebro, a su vez, interpreta todas las señales y te dice qué estás mirando. ALMA tiene 66 antenas —66 “ojos”—. La mayoría de las antenas tiene 12 metros de diámetro —¡mucho más que las pupilas de tus ojos!—. Por lo tanto, ALMA capta mucha más luz, pero es una forma de luz invisible que tus ojos no pueden ver. En efecto, ALMA está diseñado para detectar ondas de luz más largas, llamadas milimétricas y submilimétricas. Detrás de cada antena hay un conjunto de receptores muy sensibles que detectan las ondas milimétricas del Universo y las convierten en una señal. Juntos, los receptores de ALMA funcionan como si fueran la retina del observatorio. Cuando el observatorio esté totalmente listo, cada antena de ALMA tendrá 10 receptores distintos. Esto significa que la “retina” de ALMA, con sus 66 antenas, ¡tendrá 660 “células”! Tu retina tiene que estar en la oscuridad para detectar la luz que entra a tus ojos. Asimismo, los receptores de ALMA tienen que estar extremadamente fríos para detectar las débiles ondas milimétricas que reciben del cielo. Para ello, ¡se enfrían a una temperatura de 269 °C negativos!