Chorros giratorios resuelven “problema del carrusel” en formación de estrellas 
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Chorros giratorios resuelven “problema del carrusel” en formación de estrellas 

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Las estrellas nacen del colapso de nubes de polvo y gas. Sin embargo, el material del que están formadas estas nubes no se incorpora directamente a la estrella recién nacida, sino que primero se aglomera en un disco que gira. Y esto supone un problema para los astrónomos: considerando que el disco gira muy rápido, ¿cómo es posible que el polvo y el gas fluyan hacia la estrella en su centro? 

Cuando una cosa gira, es más difícil que se mueva hacia el centro. Seguramente ya lo habrás visto en un carrusel: mientras más rápido gira, más cuesta desplazarse hacia el centro. Asimismo, estos discos deberían dificultar el desplazamiento del gas hacia la estrella central debido a la energía giratoria, o, como dicen los astrónomos, al exceso de impulso angular. 

Además de estos discos de material que giran (conocidos como discos de acreción), la mayoría de las estrellas jóvenes también tienen dos finos chorros de gas que fluyen en direcciones opuestas, en forma perpendicular al disco. Al parecer, parte del gas presente en las partes internas del disco es expulsado en el espacio a gran velocidad. 

Los astrónomos creen que esos chorros pueden ser la respuesta al problema del impulso angular. A lo mejor los chorros se llevan parte de la energía giratoria, lo cual facilitaría el desplazamiento del material presente en las partes internas del disco hacia la estrella. 

ALMA parece haber confirmado esta teoría tras observar los chorros de una joven estrella. Resulta que el material de los chorros no fluye en línea recta, como lo haría el chorro de una manguera, sino que, mientras se dispara a gran velocidad hacia el espacio, también gira sobre su propio eje, un poco como lo hace la broca de un taladro. 

Este hallazgo revela que los chorros de las protoestrellas efectivamente se llevan parte de la energía giratoria (el impulso angular) del área interna del disco de acreción. De ahí que sea mucho más fácil para el gas presente en el borde interno del disco fluir hacia la estrella recién nacida. ¡Problema resuelto! 

¿Qué se observó? 

ALMA observó una protoestrella conocida como HH212, situada a 1.300 años luz de nosotros, en la constelación de Orión. HH212 es una estrella muy joven, pues se formó hace unos 40.000 años. También es muy liviana: tiene cerca del 20 % de la masa de nuestro Sol. Los astrónomos ya habían observado el disco de acreción y los chorros de la protoestrella. Desde la Tierra, el disco de acreción se ve más o menos de perfil. El disco tiene cerca del doble del tamaño de la órbita del planeta Neptuno, que habita nuestro Sistema Solar. Debido a la presencia de material oscuro en el plano central, el disco se parece un poco a una hamburguesa. Las observaciones más recientes de ALMA aportaron información mucho más detallada sobre el disco y los dos chorros. 

¿Quiénes observaron? 

HH212 fue observada por un equipo de astrónomos encabezado por Chin-Fei Lee y Paul Ho, del Instituto de Astronomía y Astrofísica Academia Sinica de Taiwán. Ambos trabajaron con colegas de Taiwán y Estados Unidos. El hallazgo de los chorros giratorios se describe en un artículo publicado en la revista de astronomía profesional Nature Astronomy.


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